domingo, 19 de abril de 2015

¿Realidad o ficción?


Paloma pacífica otea país subdesarrollado en guerra y bate sus alas en dirección contraria mostrando su indiferencia.

Sacerdote recién nombrado no da crédito: observa a su mentor sonriendo incesante mientras se folla a niña de temprana edad en el santuario donde se confesó días antes.

Dirigente corrupto utiliza a esposa dócil y cansada como relajante; marido harto y decepcionado utiliza a máquina tragaperras como nueva esposa.

Litros y litros de alcohol etílico juegan con adolescentes día tras día a ver quien puede tirar más de la cuerda.

Joven adulto contrae matrimonio con su Smartphone, alegando que se siente más feliz a su lado que con cualquier otra persona.

Naturaleza dolorida se venga de especie humana sin escrúpulos.

Amago de amigo actúa con alevosía contra perro fiel, que mira con ojos vidriosos a amo violento.

Perspicaz hormiga trabajadora construye edificios ocupados por personas pobres a posteriori.

Universidad cansada de robots idénticos pide a profesor sin voluntad una mejora intelectual en sus alumnos.

Obligación inútil vence por goleada a talento, aun jugando en campo rival.

Gato rebelde mata a curiosidad.

Tupés perfectos y músculos vigoréxicos intentan levantar el ánimo a personas que hace tiempo se olvidaron de lo que son.

Voces mágicas y letras profundas mantienen vivo a corazón que se desvive por llegar muy dentro.

Alma escondida incita a famoso filósofo escéptico a que afirme de una vez por todas su existencia.

Cárcel temible es más hogar que casa embargada.

Dinero egoísta hace tambalearse a familia trabajadora, mientras bancos anti-persona juegan al Monopoly con sus arcas.

Cigarro asesino mata vidas inocentes.

Foto enmarcada en cuadro bonito hace recordar situación inmejorable en momento duro.

Remolino cansado de escuchar falsos deseos se refugia del viento en casa abandonada.

Noche cálida pide rayos de sol a mañana oscura.

Selva perdida busca desesperada en sus recónditos lugares a león jefe que ponga todo en orden.

Receptor abrumado no distingue entre realidad y ficción.

Habitante incomprendido del mundo intenta entender al mismo, y escribe.

Hombre afectado recita al fondo de un bar hecho a medida.

Yo, soñador empedernido, plasmo lo que veo.

Atención

SE BUSCA:

-SENSIBILIDAD PERDIDA-

(Aviso)

(Se sigue encontrando desidia y preocupación)

SIGLO VEINTIUNO, COMPRENSIÓN CERO.

domingo, 12 de abril de 2015

Matemática aplicada.


Dicen los entendidos,
que,
siglos atrás,
surgió una ciencia exacta,
la que más,
las matemáticas,
que no avanza,
sigue intacta,
con el paso de los años
y pese a los grandes daños,
no se achanta.

Pero antes nació el amor,
con la prontitud de la existencia,
esa ciencia del corazón,
que,
con tesón,
te agota la paciencia,
te condena al paredón
y te parte como un rayo,
en dos.

¿Habrase algún nexo,
directa o inversamente proporcional,
que conecte sutilmente arte tal,
el sexo y la ecuación diferencial,
el talento perverso del calcular
con el método tan particular
de demostrar todo con un beso?

Desde el principio de inducción,
hasta la pasión desatada,
queda claro que nada
de aquello que hagamos sin ilusión
tendrá repercusión positiva,
sí negativa,
pues las propiedades asociativa, conmutativa y distributiva
dejan claro
que haciendo las cosas con orden,
y descaro,
acabas llegando a donde quieres.

Demasiadas relaciones con cosenos negativos,
imposibles sin paliativos,
dudando de los motivos
y refugiándose en canciones,
y operaciones,
tan complicadas
que terminan como si nada
con una solución compatible determinada:
la retirada.

Con un incremento de tiempo lo suficientemente grande,
llega el momento de conocer
a esa persona tan amable,
que te suma,
multiplica
y hasta te eleva a la máxima potencia,
dejando en evidencia los problemas anteriores,
dividiendo tus defectos,
y reduciendo los desperfectos ya sufridos
a decimales sin sentido,
que te sacan los colores.

Al fin el solitario cateto,
encuentra a su cateta,
y unidos por el ángulo teta,
forman la hipotenusa de su vida,
tan obtusa,
como amplios los sentimientos del poeta matemático y su musa.

Todo deriva en su alegría,
en integrar,
con osadía,
cada parte de su cuerpo,
recurriendo a la trigonometría,
pues mi seno y sus cosenos
buscan con esfuerzo
salir por la tangente,
de este mundo intransigente
que se queja
y no respira.

Finalmente,
no hay respuesta más contundente y real,
que aclare el parentesco de matemáticas y amor leal,
que hacerle el límite al conjunto;
obteniendo la solución perfecta,
con carácter erudito,
cuya respuesta se limita
a que el límite del amor tiende a infinito.

domingo, 5 de abril de 2015

Hábitat.


Suave brisa que acaricia el vello.

Resquicios de libertad patrocinados por carcajadas sinceras y sin dudas.

Tiempo aparte.

Parte de la ciudad se sorprende de que siga preguntándome el por qué de cosas que ellos evitan.
Yo los evito.

El olor a descampado sucio y putrefacto es perfecto, antítesis bendita de esas flores tan coloridas que dan luz a mis ojos desganados.
Estoy donde debo estar.

El horizonte no para de quejarse por no poder ser vida y yo no dejo de envidiar su silueta, promovida por un sol que se recoge y una vía de escape sin fin.

Un risueño y joven parque nos vigila a ambos desde el otro lado del abismo.

En el silencio, el solidario canto de un grillo rebelde nos alerta.

El pálpito acelerado de mi corazón hace de banda sonora de este viaje.

Me traslado a la felicidad más absoluta con el sutil roce de las flores en las puntas de mis dedos.

Pasa, puntual y de forma repetitiva, una oportunidad, y otra, y otra.. tal vez alguna de ellas sea la que llevo tiempo buscando.
Dejan a su paso el terreno que por un tiempo pienso que me perteneció.

Cuántos segundos, y minutos, y horas, y días, y orgasmos, y lágrimas en tan oculto oasis.

Paso de nivel tras mi estela.

El acero oxidado tras mis pasos se camufla con las sombras de la noche.

Las farolas me sobran.

El no miedo a la soledad me asombra.

Me siento en el montón de libros, problemas y obligaciones, y observo a los amagos de estrella con su mirada perdida en las de arriba.

Atrás, se refleja atrevida la Luna en el estanque que nunca hubo, pero, que por imaginarlo, tenía el agua más cristalina y clara que cualquiera de mis historias.

Y ahí sigo, con paisaje y tentación a favor, disfrutando del detalle más insignificante y caminando confiando en que nadie se atreva a echarme de aquí.

Solo me queda la duda metódica de si escapar en paralelo a mis raíles dirección horizonte en busca de un sueño poco probable, o coger de una vez el tren que me lleve a una vida respetable, pero no soñadora.