lunes, 23 de febrero de 2015

El beso.


V: Antes de escuchar,
suspiré, y H me explicó:
H: Resulta que ayer
llegando a la celebración
se apoderó de mí una sensación,
que por sumamente extraña no podré catalogar.

H: A instantes de confesar,
te pensé, con tal dolor,
que después,
aceleró desobediente mi corazón,
y se inició una rebelión,
que por dura y por sentida no conseguía ganar.

H: Tras mucho pelear,
me cansé; me superó.
Desistí, y me marché,
angustiada por la situación,
a mi chico de ocho años habiendo dado plantón,
y por el amor y la felicidad queriendo luchar.

H: Y heme aquí, sin pensar,
murmuré; -y V lo entendió-,
y lo intenté:
Al fin contigo, mi revolución,
te declaro mi única intención.
(A lo que él tragó saliva sin hablar).

H: Muy a su besar,
le besé, y ¿qué pasó?
la cagué,
pues llegué a la conclusión
de que beso sin pasión
igual a "te quiero" sin mirar.

H: No hay más que hablar.
"¿Por qué?" -V contestó-,
y sentencié:
H: No estoy preparada para una relación,
ni contigo, ni con él, es mi decisión;
supongo que hay personas que no están hechas para amar.

domingo, 15 de febrero de 2015

Autodestrucción.


Las personas somos indiviudos de fe, vástagos del sistema, diminutos insectos atrapados en las lianas de los árboles de un bosque inmenso, que duerme de noche y vive de día porque tiene que ser así.

Insignificantes piezas que bailan al son de brazos y mentes que dicen ser poderosas.

Piezas con un movimiento lo suficientemente limitado como para ser vigilado en cualquier momento en que se salga de lo previsto.

Actores de reparto y de segunda categoría en una película dirigida por alguien superior con un objetivo claro y establecido, pero no por ello humano.

Espermas que se pelean unos con otros por llegar a su propia felicidad, ignorando los valores reales de las personas, limitándose a seguir en su camino siguiendo la corriente.

Presos sometidos a cadena perpetua en la cárcel más odiada por aquellos que entienden que la libertad es necesaria.

Robots con una rutina totalmente definida que mezcla actos vitales y obligaciones.

Asesinos de ideas y de sueños.

Soñadores de vidas planas, y fieles a dormir casi más de lo que viven.

Despertadores, calculadoras y relojes con sentimientos que se ciñen a un horario y a unas costumbres impuestas sin previo aviso.

Cuerpos humanos con sistemas nerviosos y locomotores atrofiados, pero con un sistema operativo llevado siempre a la última actualización.

Ganado que precisa de comida para subsistir.

Desechos vanagloriosos preocupados por sus problemas y ofuscados en verter sus odios con personas ajenas.

Hechos sin importancia en relatos mentalmente avanzados.

Deshechos.

Historias inacabadas escritas a lápiz.

Gomas sin compasión que destruyen momentos.

Posesos dependientes del amor cual adictos a su heroína.

Acentos perdidos y sin rumbo en inmensas palabras esdrùjulas.

Un rebaño de ovejas billonario buscando un perro guía que cumpla con su labor.

Y un pastor.

Y una guitarra.

Y un mundo en braile en que las palabras se limiten para dejar de soltar mierda.

Seres atípicos, utópicos; tópicos típicos nos hacen ser cínicos prácticos.


Son eso, somos eso.

Dementes 
    de 
                      mentes,      
                                 dementes
                                      de
                                                     mentes...