miércoles, 29 de enero de 2014

La jugada de tu vida.


Miento si digo que el gol es la clave.
Clave es tener claro aquello a que aspiras.
Inspiras y expiras, mas no respiras,
pilas nuevas para corazón sin salida.
Salida de atrás, tras anteriores tropiezos,
piezas que no encajan en tan grandes huecos.
Cosas difusas, fueras de banda,
pases en defensa cogiendo confianza: afianzando estilo.
Presa del tiempo, sin miedo al destino.
Pases sencillos, sin brillo,
pero paso a paso,
estabilizada la mente, pasas al medio campo.

Campo de minas, momento difícil,
equilibrio y paciencia han de ser tus amigas.
Miga tras miga, sin pausa pero sin prisa, jugando en prosa. ¿Siendo preso de tu baja autoestima? Arriba. Basta saber que eres dueño de tu vida.
Vive y trabaja, juega y no ceses,
arriesga en cada lance, y gana.
¿Y si pierdes? Vuelve, vela por tus intereses,
piensa y maquina jugadas de ensueño.
Sueña, disfruta y acumula talento,
lento y rápido a la vez, disfruta del momento.
Todas las cosas vendrán por sí solas, no te impacientes,
o te darás con un canto en los dientes.
Cuando menos lo esperes, habrá llegado,
estarás preparado para dar el gran salto.
Toca sin miedo, vuela sin las alas,
da el pase largo, que no toque el suelo,
ah, y no te excedas, con algo de suerte estarás en la delantera.

Largo recorrido, corrido todo el campo,
arriba te acuerdas de cómo fue tu pasado.
Analizas tu etapa, ves lo bueno y lo malo,
mucho tiempo currando para que esto se escape.
Aparece la garra, te impulsan las ganas,
duro pulso entre el ultimo pase y el remate.
Te acuerdas de todo, de ir despacio,
dejando
espacio,
y haces lo correcto: das el pase, pese a que nadie lo comparte.
Ya estás muy cerca, todo de cara,
sólo queda un disparo y tu meta al fin lograda.
Mas no te confías, no te fías de tu sombra,
lo ves tan cercano que te asusta con creces.
Ves todo lo que has crecido, pasado y vivido,
y te reafirmas en que esta es tu gran ocasión.
Olvidas, dejas todo de lado,
te concentras en rematar fuerte entre los tres palos.
Tiro increíble, lleno de pasión y descaro.
Dirección óptima, portero abatido,
da en el larguero y entra decidido.
Pitido final, logro conseguido,
esbozas una sonrisa
y te sientes tranquilo.

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