miércoles, 20 de noviembre de 2013

Eres mi "cómo" preferido.

   
   ¿Cómo decirte, corazón, que te has hecho indispensable en mi vida? ¿Cómo explicar que esté tan unido a ti? ¿Cómo pensar que antes de ti, me tenía a mi? Difícil. 

Hace no mucho tiempo, me enseñaron algo: si no eres capaz de probar algo, no desfallezcas; intenta asegurar que ese algo no puede ser de otra manera. 

Por otra parte, eso que suelen llamar experiencia me ha hecho ver que la mejor forma de comprender cualquier cosa es usando ejemplos; poniéndote en el lugar de otra persona o viendo que algo se cumple por norma general.

¿Cómo sería, por ejemplo, un país sin tierra; o un mar sin agua? Imposible. 
     
Como imaginar un mundo sin felicidad; 
   una madre sin amor a su hijo,
       o una abuela sin su nieto como ojito derecho.

Como divisar una ciudad sin viviendas;
   una vivienda sin su historia,
       o una historia sin su comienzo.

Como una relación sin problemas;
   un problema sin su solución adecuada,
       y una solución sin su debida reconciliación entre sábanas.

Como un niño sin sus dibujos;
   como Tom sin Jerry,
       como Oliver sin Benji.

Como un partido de fútbol sin emoción;
   como Casillas sin Xavi en la selección,
       como el gol que nos dio el mundial sin Iniesta.

Como un beso sin labios;
   unos labios sin sus comisuras,
       o un mordisco sin su posterior sonrisa a escasos cm.

Como una canción sin su voz;
   una voz sin sentimiento,
       o un sentimiento incontrolable sin su persona correcta.

Como millones de ejemplos sin un significado;
   como lo que significo yo sin ti,
       como tú sin mí.

Imposible



Y es que, hay ciertas cosas que, aunque no hayan sido así desde el principio, llega un momento donde dejan huella, donde se hacen eternas, y, de este modo, hacen que toda tu vida cambie y pase a formar parte de un mismo conjunto. "Llegamos nosotros". Nosotros.


Nunca te asustes, que no muerdo.
Nunca temas encontrarte en mis letras, que yo no escribo, vomito.
Nunca tengas miedo, que yo no pienso.
Nunca sufras, que tampoco sé echar de menos.

Sólo te digo que, si alguna vez me toca ser tú, estaría acojonado de saber que me miran sin morderme, sin escribirme, sin pensarme, sin echarme. Estaría acojonado de tenerme y no saber la suerte que me tengo.


TE QUIERO.#20

No hay comentarios: